Cuidar es un verbo que sin darme cuenta empleo muy a menudo. Estoy seguro de que te es familiar y que tu también lo usas en tu día a día. Hablamos de cuidar de nuestros ancianos, de cuidar de los niños o incluso cuidar de los enfermos. A pesar de ver que el cuidado está muy presente en nuestra sociedad, siento que no tiene ni el peso, ni el valor que debería.
Si estáis leyendo este post me voy a permitir asumir que sois personas curiosas, que os gusta aprender y que en ratos libres os gusta informaros sobre temas variados. En mi caso, por ejemplo, me encanta informarme sobre temas de política nacional e internacional, sobre ciencia, sobre tecnología y sobre historia. Como ya sabréis hay mil formas diferentes de informarse sobre los temas que nos interesan, desde periódicos hasta informativos de televisión, pasando por charlas, libros, debates y otros tantos formatos interesantes donde aprender y expandir nuestro conocimiento.
Cuando uno tiene una historia que contar, la intuición te dice cómo hacerlo. Pero ¿y si no sabes qué contar, y si no sabes qué hacer? Ahí es cuando escuchamos esa frase que tantas veces nos han contado: Bueno tu escribe, que ya se te ocurrirá algo.