Victor Córdoba, Finalista de la VI Edición de Factoría de Talento Adecco, es un estudiante de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid que siempre tiene una idea en la cabeza para mejorar el mundo. Victor cree que todo el conocimiento que uno puede adquirir es un talento que debe ponerse a servicio del mundo y las personas. Mas allá de una carrera o un grado, tender a cultivar cada campo de la vida, tender a ser el rey-filósofo. Desde 2016 es el Director de Misión Cebú, un proyecto de cooperación en Filipinas que se ha convertido en un estilo de vida que defiende, un camino en el que exprimir cada detalle… Hoy nos cuenta su propia misión: amar a los demás.
“Vosotros sois la luz del mundo”
Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: «Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.» Su señor le dijo: «Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete a compartir mi alegría.» Se acercó luego el que había recibido dos talentos y ocurrió lo mismo.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: «Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.» El señor le respondió: «Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.»
Parábola de los talentos
Cuaderno de bitácora de Chema Pamundi Ruta: nacimiento -> amor -> vida Isla de Sambawan, Archipiélago de las Islas Filipinas. Algún día, de algún mes, de algún año.
¿Por qué estas leyendo esto? ¿Tu vida tiene un propósito? Vamos, que si tu vida tiene algún sentido, o vives mecido por el porvenir.
“Respiro, luego existo”. Esto lo tenemos claro, ya que a veces reducimos nuestra existencia a pura supervivencia. Caminamos cual turistas, a veces meros espectadores, convencidos de que tenemos que completar una checklist para llegar a “ser alguien”. Retrasando nuestros sueños en aras de un pospuesto futuro mejor. Convencidos de que hasta que no la completemos, no iniciará nuestra vida, no “serás alguien” (la sorpresa es que tú YA eres alguien). ¿A qué esperas para empezar a cumplir tus sueños?