Skip to main content

Y ahora, ¿Qué vas hacer? por Elena Alberca

Le hemos preguntado a Elena Alberca que se presente y nos ha contado lo siguiente: «Como expuse en el emocionante primer día de Factoría, si alguien quiere conocerme, solo tiene que abrir mi agenda. Entre sus páginas se descubre a una persona muy activa, creativa y muy muuuuy organizada.

Activa, porque me faltan huecos en ella para meter todo lo que tengo al día.
Creativa, en cuanto a los dibujos, infografías, colores y mil maneras de contar lo mismo y que alegran mi día a día.
Y organizada, porque me faltan dedos en la mano para contar la cantidad de listas que hago por cada cosa que me mueve.

Pero si algo me define, es el movimiento.
En 4 años, he compaginado mi carrera de Publicidad y RRPP con experiencias profesionales de todo tipo, todas marcadas por la inquietud de descubrir.  Jurado Junior de premios nacionales del Marketing, Cofundadora de la asociación C&B, Jefa de Prensa en Club Voleibol Madrid, Responsable de acciones de marca en el All Star Iberdrola de la RFEVB, Juez de Debate… ¡hasta encuestadora!  Al final todo se resume a la inquietud y a la pasión que tengo por la comunicación.»

 

Al habla aquella que presumía de tener clara su carrera desde que tenía conciencia. Aquella que llevaba soñando con su primer día de Universidad no se sabe cuánto. Aquella que llegó aquel septiembre con muchos miedos, pero con unas expectativas altísimas.

Las mismas que cayeron en picado al encontrarme como primera asignatura Historia del mundo contemporáneo, una réplica de lo que absorbí para la PAU hacía apenas unos meses, seguida de Economía, Lenguaje… no me lo podía creer. Tanto tiempo, tantas ilusiones, para seguir con la misma historia.

Pero, poco después, unos compañeros de clase, que ahora son mis compañeros de aventuras, debieron oler mi decepción y un buen día se acercaron a mí y me preguntaron… “Elena, tenemos ganas de hacer algo. Aún no sabemos el qué, pero esto no es suficiente. ¿Te apuntas?”

En ese momento me di cuenta. Esa pregunta era la verdadera puerta a lo que yo soñaba con vivir en la Universidad. Entendí que durante todos esos años yo le había dado la responsabilidad a la etapa universitaria de convertirme en lo que siempre había soñado ser. Cuando, realmente, era yo la responsable de convertirme en esa persona durante esa etapa.

Por eso, vengo a pedirte algo. Estés en el curso en el que estés, hayas salido ya, o aunque aún no hayas entrado. Vengo a pedirte que, por favor, nunca te quedes parado. Nunca hagas responsable a la vida o a tu entorno de lo que te ocurre o de lo que creces.

Te vengo a pedir que te muevas. 

Muévete, aunque solo sea por descubrir. Por descubrir tu alrededor, tu grado, el que te genera curiosidad e incluso el que nunca te habrías parado a observar. Por descubrirte a ti mismo, aquí, allí y donde quiera que la vida te lleve, o, mejor dicho, donde quieras tú llevar tu propia vida.

Muévete porque las cuatro paredes de tu aula siempre serán del mismo color y siempre van a seguir en el mismo lugar. Pero ¿te has preguntado cuántos colores hay ahí fuera?

Cada color te puede despertar una emoción diferente, te puede enseñar un nuevo paisaje, un nuevo sabor… Quizá puedas ver alguno por la ventana, pero nunca podrás sentirlos, vivirlos o saborearlos si te quedas en el mismo pupitre en el que te sentaste aquel primer día.

Muévete porque cuanto más te muevas, más conocerás; y cuanto más conozcas, más información tendrás para tomar decisiones (tanto esas que nos dan un vuelco al corazón como las que, el vuelco, nos lo dan a la vida). Y, amigo, bastante incierto es ya el mundo como para decidir sin información. Y no te digo que la tengas toda, solo la que necesites, solo la importante: qué es lo que hay ahí fuera y qué es lo que tienes ahí dentro, dentro de ti. 

Muévete, porque es la única forma que tienes de saber quién eres, de dónde vienes y a dónde vas. 

¿Es que no te dice nada la frase de… “El 75% de las profesiones del futuro aún no existen”? Y ahora dirás: “Ya, Elena, pues si en lo que acabaré trabajando no existe, ¿de qué me sirve moverme si voy a seguir sin formarme en ello?”

Bienvenido al mundo del cambio, de lo efímero y de lo volátil. Hoy los avances van más rápido de lo que podemos asumir y, ante eso, puedes tomar dos caminos:

  1. Vivir en un continuo maratón con la innovación, siendo tú quien sea impulsor de esos cambios.
  2. Convertirte en alguien multidisciplinar, capaz de adaptarse a cualquier situación y avance.

Ninguna es mejor que la otra, ambas son la mejor forma de tomarte la vida y ambas, entre sus diferencias, tienen el común algo: solo las conseguirás moviéndote, saliendo y descubriendo lo que hay más allá de tu universidad.

Esas expectativas de soñar muy alto, de llegar muy lejos, existen y existirán. Nadie te las puede arrebatar. Y si lo que haces, como, en este caso, una carrera, no te impulsa a conseguirlo, ¡enhorabuena! Tienes la oportunidad de ser tu propio motor del cambio, de volar tan alto como tu imaginación te permita, de no tener límites, de construirte tu propia vida.

¿Y qué es lo peor que te puede pasar por moverte? ¿Que aquello que tenías tan claro desde toda la vida, se difumine entre los millones de cosas nuevas que aprendas?

Yo sigo siendo la misma niña con ilusión por todo y unas ambiciones de caballo. Pero ahora lo soy con información, no solo de cómo funciona mi sector o mi alrededor, si no de cómo funciono yo en él. Ahora me conozco, ahora se quien soy. Ahora puedo decidir por mí misma porque no me baso en ilusiones, me baso en experiencias. Ahora se que el mundo tiene muchísimos sabores, y aunque no haya saboreado ni una ínfima parte de todo lo que existe, he conocido a las personas que sí lo han hecho y que pueden enseñarme a qué sabe complicarse la vida. Porque complicarme la vida nunca me sumó tanto.

Y ahora que sabes que tú eres el responsable de tu crecimiento, ¿qué vas a hacer?