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Los 3 niveles del talento

Desde el comienzo de Factoría de Talento nos  embarcamos en la atrevida tarea de a definir el talento, algo que para cualquiera hubiera resultado casi imposible de delimitar: por la subjetividad y el nivel de abstracción del concepto…

Hoy, podemos decir que hemos construído un significado propio… pero no solo hemos conseguido delimitarlo conceptualmente, sino que lo hemos creado, día a día, poniendo cada uno algo de nosotros en la gran fórmula que hoy se llama Factoría de Talento, y en la cual esperamos seguir añadiendo año tras año un poquito más.

¿Cuáles son los tres niveles del talento? Como en los vídeojuegos el talento tiene niveles, según avanzas en la partida vas sumando puntos y al terminar, has ganado, has ganado la gran recompensa de tenerlo.

NIVEL 1: LA HABILIDAD

La habilidad son las aptitudes innatas, aquellas cosas que sabemos hacer, pero que también se pueden entrenar.  Las habilidades son las herramientas que usa el talento para expresarse al exterior, es la voz de quien tiene la capacidad para realizar una tarea con cierta excelencia, haya sido ésta adquirida o haya nacido con ella. ¿Tienes una habilidad? ¡Enhorabuena! Ahora tienes que hacerte otras preguntas para avanzar.

NIVEL 2: LA MAGIA

Si en algo podemos estar de acuerdo es que el motivo de que sea difícil definir el talento es porque tiene que ver con una esencia o una magia que las personas que lo tienen llevan dentro y que no se puede abarcar con palabras. Se puede decir que es una forma de tomarse la vida, una actitud ante ésta, una forma de definir y de canalizar la ilusión hacia cosas positivas… Las personas que tienen una habilidad, que le ponen ilusión y desprenden de forma contagiosa ese alma con el que impregnan lo que hacen, tienen por inercia la fuerza necesaria para pasar al siguiente nivel.

NIVEL 3: LA ACTITUD

La actitud es el último de los niveles del talento, y con motivo, porque es sin lugar a duda el más difícil de los tres… mucho potencial se queda a las puertas del talento por no tener capacidad para este nivel. Y es que la actitud del talento no es ni más ni menos que la sinergia entre esfuerzo, compromiso y persistencia. El esfuerzo para entrenar o estimular tu habilidad y darle el valor que éste merece, la persistencia para equivocarte, para errar y levantarte y repetir tantas veces como sea necesario, para auto-capacitarte con aquellas cosas para las que tienes menor habilidad.

Pero sobre todo, y con una mayor fuerza, este tercer nivel solo se pasa si tienes un poquito más… si tienes compromiso. Sin compromiso no hay esfuerzo, ni hay persistencia. El compromiso contigo mismo que te lleva a creer en ti y querer siempre ser fiel a tus creencias y valores; el compromiso con los demás que te ayuda a crear relaciones a corto y largo plazo de confianza y respeto… y lo más importante, el compromiso con la sociedad que te rodea, que hace de las personas con talento un punto clave para crear un mundo y un entorno mejor para el presente, y para el futuro.

Si sabes hacer algo, si tienes ganas de hacerlo, si es bueno para crear un entorno mejor… si  tienes talento, úsalo…

Es tu responsabilidad hacer exactamente aquello para lo que has nacido…

¡Hazlo!