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La parte invisible de la sobrecualificación

photo-1423592707957-3b212afa6733“Yo no debería de hacer esto, he estudiado una carrera universitaria” ¿os suena familiar? Este tipo de afirmaciones están presentes en la realidad laboral de los universitarios recién titulados a quienes diariamente les llegan mensajes sobre cómo darse valor al terminar los estudios, y cómo pedir un trabajo correspondiente con lo que saben y con lo que deben de ganar. ¿Esto, es una alarma a la sobrecualificación o un mechero que la enciende?

Un estudio del INE sobre este fenómeno nos da datos relevantes en este sentido: tres de cada cuatro titulados universitarios del curso 2009-2010 (ocupados en 2014) consideran que están desarrollando en su trabajo tareas propias a su formación. Es un dato interesante teniendo en cuenta que la sensación general es completamente la contraria. Interesante de este estudio es también señalar que un 4,4% de los hombres más que de mujeres están conformes con su adaptación al puesto obtenido, así como un 11,2% más de los que estudiaron por la vía privada que los que estudiaron por la pública.

La sobrecualificación es un concepto que generalmente se entiende como la situación producida cuando una persona tiene mayores capacidades o herramientas para abarcar un trabajo de las que éste requiere. Sin embargo, hay una perspectiva en torno a un concepto que a menudo se olvida y que puede tener una gran relevancia para la interpretación de estos datos:  la sobrecualificación percibida.

Mientras que nosotros solemos ver la sobrecualificación como algo objetivo, numerosos estudios afirman que la verdadera sobrecualificación que se presenta como un problema de frustración personal es la percibida, que tiene un carácter subjetivo basado en el valor que nosotros mismos le damos a nuestra formación y las expectativas que creamos en torno a nuestro futuro laboral.

Los estudios afirman que esta frustración producida por una sobrecualificación percibida hace que muchos recién titulados acepten trabajos en los que se sienten insatisfechos y consecuentemente busquen continuamente nuevos empleos…La verdadera dificultad sobre este asunto se encuentra en encontrar el punto en el que sentirse cómodo con el trabajo que se realiza ¿Cómo? marcándose expectativas realistas y buscando los primeros empleos con un mayor nivel de autoconocimiento.

La mejor manera de abarcar la búsqueda del primer empleo en este sentido es preguntarse a uno mismo sobre lo que se busca al acabar los estudios y cotejar las propias expectativas con la realidad del mercado, con el fin de evitar en la medida de lo posible una percepción errónea, y por tanto una insatisfacción evitable.