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De la casualidad a la causalidad

Si conoces a Pablo Burgué ya sabrás que en este mundo no existen las casualidades, solo las causalidades. Esta es la mayor lección que me ha dado hasta ahora esta décima edición de Factoría de talento.

Lo que aquí vivimos es un gran espectáculo de magia, en el que, para sorpresa de los espectadores, cada truco permanece secreto hasta el final. Algunos pensarán que la magia a la que me refiero habla de los seminarios, otros que está más relacionada con las mentorías, y en esta linea podrían llegar un sinfín de ideas de cuál es este factor. Todas ellas son incorrectas, o al menos parcialmente en mi experiencia. La magia está en lo que este equipo decidió llamar la “Espiral de Talento”, o lo que todo el mundo conoce como la casualidad.

Podríamos llamar casualidad a que, desde que entré en factoría, he conocido en situaciones ajenas al programa personas increíbles que en algún momento pasaron por el proceso que yo vivo hoy. También podríamos llamar casualidad a encontrar oportunidades de construir un mundo mejor justo cuando formo parte del programa. Podríamos llamar casualidad incluso a que mi día a día me haga más feliz que hace tres meses, pero la realidad es que esto no son casualidades, son como diría Pablo claras y grandes causalidades.

Hace 3 meses era estudiante de Economía en una Universidad de Madrid, ahora puedo decir orgulloso que soy lo que algunos llaman un factorito, lo que otros llaman la espiral de talento y lo que unos pocos ilusos llama una pieza más de una compleja casualidad. Y es que, por si no lo sabéis todavía, no hay ningún truco detrás del telón, la magia esta en creer que existe la propia magia, que el talento está en todos nosotros.

Y tú ¿Qué crees?

 

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Escrito por Juan López Parra, finalista de la 10ª edición de Factoría de Talento