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La importancia del cuidado

Cuidar es un verbo que sin darme cuenta empleo muy a menudo. Estoy seguro de que te es familiar y que tu también lo usas en tu día a día. Hablamos de cuidar de nuestros ancianos, de cuidar de los niños o incluso cuidar de los enfermos. A pesar de ver que el cuidado está muy presente en nuestra sociedad, siento que no tiene ni el peso, ni el valor que debería.

El cuidado invisible de las mujeres

Decidiendo dar una oportunidad a los mil correos electrónicos que me manda mi universidad, caí sobre un curso organizado por la ONG ONGAWA llamado Cuidar de la vida. Oportunidad perfecta para indagar más en este intrigante concepto. Fue una buena decisión ya que en él encontré unas claves de respuesta muy importantes e interesantes.

Aprendí que el patriarcado y el capitalismo han hecho del cuidado algo invisible. Para el campo de la economía no es más que una externalidad, como si el sistema productivo no necesitase de todos esos cuidados que lo mantienen. En la economía feminista, se habla de metáfora del champiñón, como si de la nada brotaran a las 9 de la mañana gente lista para trabajar. Todos los días, cada mañana, mas o menos puntuales, por arte de magia.

¿Quién está detrás de esos champiñones? En un artículo de ABC publicado el 20 de marzo de 2021 aprendemos que en España “solo el 7%, 11% y 10% de los padres viste, acuesta o baña a sus pequeños habitualmente”. OXFAM Intermón evalúa en 10,8 billones de dólares el valor económico del trabajo de cuidados no remunerado que llevan a cabo las mujeres en todo el mundo. Y no son las únicas preguntas que surgen. ¿Quién cuida de los que cuidan? ¿Cómo cuidarse a uno mismo en esas condiciones?

El mito de la independencia

Nuestra sociedad nos ha hecho creer que los seres humanos podemos no depender los unos de los otros. Como si de Homero o Aquiles se tratase, el héroe del siglo XXI se emancipa de todo y depende de exclusivamente de él mismo. Claramente esto es un falso mito. Veo difícilmente como un bebé o una persona anciana podría no recurrir a esos cuidados. Más que difícil, imposible. Estos son los ejemplos más claro, pero es que son ínfimos los casos en los que un ser humano se va como ermitaño a la montaña y vive por si solo.  Todos necesitamos ser cuidados.

Este mito se puede extrapolar a nuestra relación con la naturaleza: el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad nos confronta a esta fragilidad. Si no cuidamos el planeta, la vida humana no se sostiene. No somos independientes de la naturaleza. Esto se puede ver muy claro en la ilustración del iceberg inestable. El mercado creciente consume la naturaleza y los cuidados volviéndose cada vez más inestable, con el riesgo creciente de volcar.

Un iceberg inestable

Un poco de definiciones

Indagando un poco más en el sentido de la palabra y partiendo de lo que a mi me evoca, he sacado en claro que cuidar es poner el foco en algo, dedicarle atención y tiempo con el objetivo de que ese algo este bien. Etimológicamente cuidado viene del latín cogitatus que significa reflexión, pensamiento o interés reflexivo que uno pone en algo. Esta última confirma mi primera intuición. Cogiendo ahora una definición de amor (sin pretender dar una definición absoluta de este concepto, que no sabría existir), lo primero que encontramos en Google es “Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno”. De entre las muchas definiciones que podría haber cogido he decido compartir esta porque expone claramente la relación con el concepto de cuidado.

Cuida y ama

Cuidar es descentrarse de uno mismo y liberar un espacio al otro. Cuidar es algo simple: es cocinar, comer bien, limpiar, ocuparse de los niños pequeños. Cuidar es amar. Cuidar es importante, es la base en la que construimos un mundo mejor. Promueve el cuidado. En la medida que puedas. Cuídate. Cuida a los que te rodean. Cuida de la vida.

Y aunque acabe con una nota menos alentadora, veo esencial subrayar que cuidar es urgente. Las Naciones Unidas sostienen que “existen pruebas alarmante de ya se pueden haber alcanzado – o sobrepasado – varios puntos de inflexión que darían lugar a cambios irreversibles en importantes ecosistemas, así como también en el sistema climático del planeta.” Según la ONU 1 de cada 4 especies animales y vegetales está en riesgo de extinción.

No nos queda otra que cuidarnos, lo que en el fondo es la mejor de las noticias. Cuidémonos y amémonos. Muchas gracias por leerme.