Solo sé que lo sé todo por Enrique Collada
Querido lector, te hago una pregunta, ¿te resulta fácil distinguir la verdad de lo que no lo es? Cierto es que la lógica nos invita a pensar que es más fácil que nunca, pues llevamos una biblioteca en el bolsillo, ¿no es así? Sin embargo, vivimos en la era de las fake-news. Y éstas no serían tan relevantes si no fuese porque nos las tragamos como sociedad, con los peligros que esto implica para la convivencia, para la democracia, para retos globales, etc.
El problema es que, si yo me meto en Google a buscar acerca de la forma de La Tierra, encontraré argumentos de sobra (y sofisticados) sobre su forma plana o geoide, ambas contradictorias. Lo mismo ocurre con muchos otros temas. Pero, ¿qué hacemos? ¿Deberíamos pedirle a Google que nos mostrase la información por orden de “validez” según la fuente? ¿Es la hora de censurar lo que “no es verdad”? ¿Y quién se encarga de decirnos entonces qué es verdad? Porque existe algo así como la verdad, ¿no? Yo solo voy a hacer las preguntas. A ti te dejo las respuestas.
Pero los problemas de nuestra sociedad en relación con este tema se extienden más allá. Y es que para diferenciar lo que es cierto de lo que no lo es, no solo se necesita información, sino también voluntad de conocer lo verdadero. Es posible que esté equivocado, pero me da la sensación de que lo único que importa es alimentar la visión de la realidad que ya tenemos, no conocerla. A los seres humanos nos incomodan las dudas y estamos en el momento perfecto para darnos la razón constantemente y vivir a gusto en nuestras permanentes certezas.
¿Que “crees” en el cambio climático? ¡Genial! Está de moda y encontrarás a mucha gente para ir, tirando botellas de plástico al suelo, a las manifestaciones contra el plástico. Tampoco hace falta informarse mucho del tema para conocer la realidad concreta. Bueno, hay algún vídeo chulo de 30 segundos en Insta. Total, el resto son una panda de desalmados (y son menos clarísimamente, así que tienen menos razón). Pero claro, ¿y si no “crees” en la emergencia climática? ¡No te preocupes hombre! Hay un artículo en Facebook con el titular “Un estudio revela que no existe el cambio climático y que es solo un invento de los perroflas”. ¡Para qué leer más, esto se comparte! Yo tenía razón, ¡lo dice un estudio! Qué catetos esos que salen a la calle.
Sectarismo y ego son enemigos de la reflexión, las dudas y, en gran parte, de la verdad. Lo reconozco, me gusta ser provocador, pero lo hago con la esperanza de que tú reconozcas estas actitudes en tu entorno y te pares a pensar, ¿de qué sirve la información, verdadera o falsa, con esta actitud?
Descubrir lo verdadero en nuestra época no sé si es más fácil o difícil, pero encontrar más información que nunca, acerca de cada tema, sí. Para eso debemos tener ganas de pensar de forma crítica y no dejarles esta tarea a otros. Si nuestra percepción del mundo y la reflexión acerca de lo que acontece tienen la profundidad de un tweet, vamos mal. Vivir cómodo en las dudas, sin llegar a la paranoia, nos puede ayudar a aprender. Como siempre, todo en su justa medida.
Somos los arquitectos de nuestro mundo. No conseguiremos hacerlo todo lo bueno que queremos si hacemos estrategias para realidades que no existen, ¿no? Por el camino surgirán visiones contradictorias, pero mejor que surjan en la búsqueda de lo cierto, que en el intento de cubrir la insufrible necesidad de tener la razón. O no, que va, quizás da igual. Si total, siempre vamos a pensar diferente.
Enrique es participante de la edición 7 de Factoría, se considera un soñador, alguien entusiasta con los proyectos que emprende y con ganas de hacer miles de cosas diferentes. ¡Muchas gracias Enrique por abrir esta importante reflexión sobre el conocimiento y la verdad!