Sentir impacto en nuevos rincones por Andrea Sabio
Siempre he pensado que escribir una vez te has alejado de experiencias intensas es también quitar emocionalidad y fuerza al mensaje. Escribir en un momento cercano es mostrar sentimientos profundos y con ello también, abrirte con cada palabra. Por esto escribo este mensaje mientras estoy sumergida en uno de los Factoría de Talento Adecco Weekends, porque es mi forma de crear, porque es así como puedo compartir de verdad la profundidad y cercanía de lo vivido.
Hemos empezado en Cádiz, Las Palmas y Valladolid, trasladando la experiencia vivida en Madrid a otras ciudades a las que normalmente no llegan estas oportunidades. Una aventura de tres días en equipo en la que hemos condensado en un fin de semana el desarrollo que cada año viven cuarenta finalistas en el programa completo de seis meses.
Semanas de no parar pero también días en los que llegas a casa y piensas en cómo el cansancio puede combinarse a la vez con una sensación tremendamente enriquecedora. Sentir el impacto real en los ojos de otros, sentir cómo ciertas personas llegan apagadas y agotadas con los obstáculos que llevan detrás y al observarlas el ultimo día ves cómo les brillan los ojos. Sentir su enorme crecimiento en solo tres días.
Entonces escuchas: “Parece que la vida me ha regalado lo que mas necesito en el momento justo”. Y piensas en que increíble oportunidad poder crear este regalo para otros, que refuerce no lo que tienen, sino lo que son. Un regalo que rompa sus corazas, disfraces y miedos. Barreras muchas veces creadas por una sociedad o entorno con prejuicios, impuesto por ese pigmalión que no deja conocer lo que hay debajo y que al que asumir nos paraliza. Un iceberg del que solo vemos la punta porque no conocemos el retrato completo. Un regalo que deja salir a la luz toda la identidad que mucha veces no se muestra por temor a no encajar. Sin darnos cuenta que es precisamente esa identidad lo que nos hace genuinos, especiales y auténticos. Lo único que debemos mantener ante el cambio. Es esa versión de nosotros libre la que nos humaniza y acerca. Y precisamente lo que nos diferencia es lo que aporta un tremendo valor.
Cierro la puerta y siento que hemos dejado la esencia de lo que Factoría significa. Algo que no está reflejado en los cuadernos, sino en el ambiente. En cualquier destino, mas allá de un proyecto, dejamos siempre lo que somos. Porque es eso lo que transmitimos en cada paso que damos, en cada detalle.
¡Gracias Andrea!