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Grado en Ingeniería del Arte. Por Pia Barbero Ros.

La vida nos abre muchas puertas pero no todas son para nosotros. Pia Barbero es una de las seleccionadas para participar en la IV edición de Factoría de Talento, es actualmente estudiante de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto, al tiempo que estudia Historia del Arte. Esta mezcla ingenería y arte la define al dedillo, aunque no tuvo siempre tan claro lo que le apasionaba. Pia es co-fundadora de la Asociación VIVA, la organización que apoya e impulsa Factoría de Talento, y que trata, precisamente, de ayudar a los jóvenes a vislumbrar cuales son sus pasiones antes de la etapa de estudios post-obligatorios.

En esta linea, hemos pedido a Pia que nos cuente sus experiencias y enseñanzas extraídas durante su periodo de salto a la universidad, un salto atípico que ella nos ha explicado de la siguiente manera:

ENTRE EL ARTE Y LA CIENCIA

Si alguna vez te han hecho la pregunta: «¿en qué época histórica te hubiese gustado haber nacido?» y contestaste: «en el Renacimiento» entonces, bienvenido al club. Sin embargo, toda respuesta, aunque aparentemente espontánea, no puede sino estar sustentada en un trabajo oculto del «subconsciente» (por así llamarlo) y que en mi caso fue decisivo a la hora de tomar ciertas elecciones. Con ello me gustaría introducir lo que ahora son mis dos grandes pasiones, el arte y la ciencia, ramas de conocimiento que tengo la suerte de estudiar en la universidad a través de mis dos carreras: Historia del Arte en la UNED e Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en la UPM.

Sin embargo, el nacimiento de esta fusión a la que me gusta llamar «Ingeniería del Arte» no fue siempre del todo evidente.  A los 15 años, de repente y casi sin previo aviso, te toca tomar la primera importante decisión de tu vida académica, y digo enorme por no decir descomunal, sin vuelta atrás, definitiva… ¡Qué palabras más dañinas! Pero allí estaban, solemnes y autoritarias, a la vez que mis compañeros y yo tratábamos de no quedar atrapados en el limbo de los que no se decidían por letras o por ciencias (no se sabía muy bien dónde terminaban esos bichos raros). Al final tras dudar infinitamente me decanté por el Bachillerato de Ciencias Sociales. Tardé dos meses…

COGER EL TIMÓN Y REDIRIGIR

¿Qué hacía yo estudiando economía si realmente quería aprender de ciencia o de humanidades? Mi intento por aunar las dos cosas en una sola me había llevado a lo que al final no eran ni los números puros ni las letras. Era el momento de coger el timón y redirigir mi cáscara de nuez hacia donde realmente quería ir. Por ello, me embarqué en el Bachillerato Tecnológico por el que navegué durante dos años y al que, por desgracia, no pude añadir la asignatura de Historia del Arte (hubo varios intentos frustrados de convencer al director pero no pudo ser…)

LA ALARMA ROJA DEL INTERIOR

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra… Ya te podrás, quizás, estar haciendo una idea de lo que ocurrió cuando me tocó elegir carrera, ¿no? Pues bien, como Ingeniería del Arte todavía no estaba inventada y yo no quería renunciar a nada, acabé renunciando a todo. Con muchos sudores fríos terminé escogiendo la carrera de Economía y Derecho en la UC3M puesto que tenía «algo de mates y algo de humanidades», aunque en lo más profundo de mi interior una pequeña alarma roja se había encendido.

¿COHERENCIA O SUBCONSCIENTE?

Cuando un año después decidí cambiarme de carrera y hacer apagar el fuego que tanto daño me estaba haciendo, me percaté de que todo este tiempo no había más que dado vueltas alrededor de lo que realmente mi coherencia interna me decía que hiciese. Esta palabra es ahora una de mis preferidas y está cargada de un enorme significado a pesar de sus diez letras. Coherencia es actuar según lo que piensas y dices. Aquí es dónde entra en juego lo que al principio denominaba «subconsciente» que es lo que se diría la idea de cambiarse de carrera por ejemplo junto a coherencia que sería la puesta en acción de tus deseos y pensamientos.

CUMPLIR TUS SUEÑOS

Por supuesto, en numerosas ocasiones cumplir nuestros sueños depende en gran medida de aspectos coyunturales y no siempre es fácil. En mi defensa, he de decir que tuve el gran apoyo de mi familia y amigos lo que, sin duda, facilita el asunto. Sin embargo, coherencia no sólo es aplicable a «grandes» decisiones como la elección de la carrera sino que puede ser el motor de nuestro día a día y en mi caso un principio de vida.

Citando a Steve Jobs «Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos».

Ahora, mi barco no sabe hacia donde va pero sí como ha de navegar para alcanzar sus metas. ¿Pero, qué es del tuyo?