¿Tú eres mi jefe, hijo?
Bajo este sugerente título daba comienzo el pasado jueves una nueva actividad con los jóvenes de Factoría de Talento.
El objetivo de la misma, no era otro que debatir sobre las actitudes que pueden darse en un entorno profesional donde una persona joven, se encuentra al frente de un equipo de personas no tan jóvenes o simplemente algo más mayores. ¿Qué pasa entonces?
Cada vez es más frecuente esta casuística: persona joven liderando a un equipo mucho más maduro, en edad y experiencia, que no siempre es lo mismo. En estas circunstancias, no siempre es sencillo “hacerse con las riendas” del equipo dada esa diferencia en cuanto a la experiencia del responsable con respecto al resto del equipo. A veces pueden producirse diferentes tipos de conflictos.
¿Qué hacer entonces?, ¿cuál es la mejor actitud del joven jefe frente a esta complicada situación? Algunos de los participantes apuntaban que lo mejor era intentar estar muy cerca del equipo y remar como uno más; otros creían que era mejor marcar distancias o incluso, se comentó, la posibilidad de “hacer lobby” con los líderes informales del equipo.
La conclusión a la que se llegó tras el debate fue, que sin ser ninguna de las opciones la más o menos correcta, todos estaban de acuerdo en que el joven directivo debía mostrar en todo momento una gran seguridad en sí mismo y sus capacidades, dejando claro cuando fuera necesario quién era el que llevaba las “riendas”.
Quizás, esta capacidad para de gestionar los límites, estando cerca cuando es necesario y marcando distancias cuando también lo es, sea una de las claves del éxito en situaciones como la descrita.