Mandela, un LÍDER con mayúsculas
Cuando estamos de luto por un ser querido, es natural preguntarse: ¿qué ha significado esta persona en mi vida? Hoy, muchas personas a lo largo de este planeta, estando a kilómetros de distancia, sin haber conocido personalmente a Mandela, nos hacemos esta pregunta.
La historia de la humanidad seguro que hubiera sido diferente si Mandela no hubiera existido o si lo hubiera hecho sin un compromiso personal ilimitado por generar cambio en su entorno.
Mandela es el ejemplo de dar un paso al frente ante un problema que requiere una solución difícilmente imaginada para otros aunque nítida para él; compartiendo la responsabilidad de la solución con los demás; consiguiendo pequeñas victorias que afiancen su autoridad y su visión.
A toro pasado, el proceso parece muy fácil. Si repasamos la historia de Mandela, fueron muchos las creencias y costumbres establecidas que rompió para crear nuevos paradigmas:
• Condenado a cadena perpetua, tras 27 años en prisión, recupera la libertad.
• Se convierte en el primer presidente negro de Sudáfrica (país con un 79% de la población con ascendencia negra).
• Tras toda una vida de lucha, incorpora a De Klerk como vicepresidente de su gobierno.
• Considerado un terrorista durante muchos años por su defensa de la lucha armada, le otorgan el premio Nobel de la Paz.
• Mantiene su liderazgo hasta el día de su muerte, que ocurre de forma natural.
Tal vez el origen de todo estuvo ahí: los paradigmas valen hasta que alguien demuestra que pueden modificarse. El objetivo es el cambio social y, el medio, el liderazgo.
«Lo que cuenta en la vida no es el mero hecho de haber vivido. Son los cambios que hemos provocado en la vidas de los demás lo que determina el significado de la nuestra”, N. Mandela (1918-2013)