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El carácter efímero del fracaso y el éxito. Una reflexión de Teresa Gratacós

Teresa Gratacós es una de nuestras finalistas de la III Edición de Factoría de Talento Adecco, ha emprendido ya dos veces, habla cinco idiomas, y está terminando un doble grado en Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación en la Universidad Pontificia de Comillas… ha hecho tres intercambios en universidades en el extranjero, y eso es solo lo que sabemos hasta ahora, porque desde luego, tiene toda la pinta de que nos quedan muchas cosas por descubrir…

El año pasado, por estas fechas, los talentos tuvieron  la oportunidad de reunirse con Miguel Ángel Zafrilla en el seminario de Talento Emprendedor de Adecco, y esta es la reflexión y resumen que nos manda Teresa de este encuentro:

Me llamo Miguel Ángel Zafrilla y soy de Albacete.

A pesar de ser el Socio Director de Sound Line Audiovisuales, una empresa de Albacete dedicada a la producción musical y eventos, Miguel Ángel se presentó de otra manera: “Me llamo Miguel Ángel Zafrilla y soy de Albacete”. Y es que, a medida que iba contando sus experiencias, se podía apreciar que Miguel Ángel es un orgulloso manchego de pura cepa, con una personalidad y fuerza capaces de derrumbar la muralla china de un plumazo. Su cabeza está en ebullición constante y hace ver que montar un negocio es algo simple y fácil. Si tuviera que describirle diría que es una persona sin complejos y, sin duda, muy feliz. Miguel Ángel parece además estar enamorado de tres cosas: su familia, la música y la vida.

Tenemos el deber de experimentar nuestra propia vida.

Y hablando de la vida y de todo un poco, uno de los lemas principales de Miguel Ángel es que tenemos el deber de experimentar nuestra propia vida. Es inútil malgastar el tiempo viviendo la vida de otros, intentando encajar en sitios en los que no tenemos o no deberíamos hacernos un hueco. Es absurdo dejarse llevar por la muchedumbre y la presión social. La vida es una, única e intransferible y más nos vale tener el valor de vivirla a nuestra manera porque pasa rápido y sin preguntar.

Solo hay cosas improbables que se pueden hacer realidad.

Otra de las ideas con las que me quedo de este seminario es que todos necesitamos llevar en el bolsillo antes de salir de casa un spray anti vampiros-chupa-energía. Como cuenta Miguel Ángel, siempre vas a encontrarte a tu alrededor a personas que intentarán derrumbarte y te dirán que lo que estás intentando hacer es imposible, imposible porque ellos no lo consiguieron o no tuvieron el suficiente valor como tú de intentarlo. A mí, más que de imposibles me gusta siempre hablar de improbables. No hay nada imposible, solo hay cosas improbables que se pueden hacer realidad. Alejarse de las emociones y personas tóxicas parece algo bastante fácil de decir pero no tanto de hacer.

Tus propios límites los pones tú.

A lo mejor os puede servir lo que me dijo mi coach, María Ángeles Domínguez, en nuestra primera sesión: “El único que marca tu valor eres tú, nadie más que tú puede limitar o definir tu valor.”. Y lo cierto es que no hay más: tus propios límites los pones tú.

Miguel Ángel nos aconsejó que estuviésemos atentos a las señales porque se encuentran en cualquier sitio. Él parece tener un olfato o un don excepcional para identificar rápidamente las oportunidades de negocio pero no todo el mundo tiene esa habilidad. Cada persona es única, con sus ventajas y desventajas. Las señales que nos vengan o que identifiquemos a lo largo de nuestra vida no son las mismas para unos y otros pero sí que se pueden traducir en oportunidades o riesgos. Tenemos que saber entender la diferencia entre oportunidad y riesgo, sobre todo a la hora de emprender.

La nueva moda de que todos tenemos que ser emprendedores.

¡Ah, y hablando de emprender! El emprendedor parece que nace, no se hace. La nueva moda de que todos tenemos que ser emprendedores es una chorrada. Todos somos diferentes y valemos por lo tanto para diferentes cosas. Es algo lógico y a la vez muy poca gente parece estar entendiéndolo hoy en día. El emprendedor no es el que está en su casa con un ordenador. Es una persona que empieza un negocio con el fin de ir creciendo y superarse, creando más y más empleo y abriendo nuevos horizontes.

Esto está muy relacionado con otra de las ideas de este seminario: “nunca dejes de aprender porque la vida nunca deja de enseñarte”. El camino es un continuo aprendizaje y tenemos que esquivar los balonazos. Hay que tener la mente bien abierta porque, de pronto y en el momento menos esperado, la vida te sorprende.

¿En qué puedo ayudarte?

Pero no todo es cuestión de uno mismo. Como dice la canción, cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da. Miguel Ángel nos propuso que cambiásemos una frase, una sola frase que tiene un gran impacto en los demás, mucho más del que podemos llegar a creer: “¿En qué puedo ayudarte?”. Cuando uno es capaz de servir al prójimo y hacer las cosas bien entonces el éxito llega solo. ¿Y el dinero? Hay que dejar ya de pensar en el dinero y preocuparse antes de dar un buen servicio y ofrecer unos resultados de calidad. El dinero viene después.

Otra de las muchas cosas que me sorprendió de Miguel Ángel fue que, a pesar de llevar 25 años con su socio y tenerse ambos mucho cariño, la relación entre ambos, así como con el resto de sus empleados o con las personas con las que trabaja, es únicamente laboral.

Un buen jefe es una persona a la que respetas, que te enseña y te guía.

Y es cierto que a veces nos equivocamos intentando mezclar trabajo y vida personal y creyendo que si no están intrínsecamente unidas significa que no existe una buena relación. Apoyo totalmente la visión de Miguel Ángel. No digo que no puedan surgir relaciones de amistad en un trabajo pero un buen jefe es un jefe, no tiene por qué saber tu relación sentimental o tu comida favorita. Un buen jefe es una persona a la que respetas, que te enseña y te guía, alguien que te hace aspirar a más. Yo he tenido jefes de los que jamás he conocido su situación personal y a los que nunca dejaré de admirar por todo lo que me enseñaron.

Con lo que mejor que me quedo de Miguel Ángel, y eso que es difícil escoger, es que siguen habiendo personas que creen que la gente, por lo general, es buena y que antes de desconfiar debemos confiar en las personas. En un mundo en el que parece que los grandes gurús de éxito son personas que únicamente buscan su propio beneficio y están dispuestas a aplastar al de al lado por ello, en un mundo en el que parece que ganan siempre los que menos escrúpulos y valores humanos tienen, da gusto encontrar a personas como Miguel Ángel Zafrilla, igual de triunfador como de buena persona, con los pies en la tierra y mucha personalidad. No me extraña nada que haya tenido éxito tanto en su vida laboral como personal. Ojalá todos los ejemplos a seguir fueran personas como él porque nos iría a todos mucho mejor.

El éxito no es para siempre y el fracaso tampoco.

Finalmente, me gustaría acabar con una última lección del seminario: el éxito no es para siempre y el fracaso tampoco. Somos la generación del miedo al fracaso y la búsqueda del éxito constante y no nos damos cuenta de que la mayor parte del tiempo lo pasamos en un limbo entre uno y otro y que de ambas cosas podemos aprender. Aquí os dejo una frase de la película de Benjamin Button que me parece bastante adecuada para este post y esta charla:

“Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde, o en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando tú quieras. Puedes cambiar o no hacerlo. No hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa. Espero que tú saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgulloso y que si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.”.

¡Gracias Teresa, y gracias Miguel Ángel! un verdadero placer contar con ambos en el programa Factoría de Talento, gracias por compartir vuestro talento con todos nosotros.