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Cambio y contradicción por Carla Ortiz

Esta mañana me levantaba con una noticia en LinkedIn de Deloitte que decía: “Sin ataduras laborales: la fidelidad empresarial de los millenials ha descendido respecto al año pasado. Tan solo el 37% tiene pensado seguir en su trabajo más de cinco años”.

¿Por qué nos gusta cambiar tanto a los jóvenes de hoy día? El cambio está de moda, porque el cambio trae ganancias: vivimos más experiencias, hacemos más contactos, vemos más sitios, conocemos más realidades… Más más y más. Pero dejamos oculta una cara del cambio, y es la pérdida que trae consigo. Si elegimos A, sabemos que perdemos B, pero muchas veces no queremos fijarnos en B sino centrarnos en el subidón que nos produce A. Cuando cambiamos, ¿nos preguntamos qué ganamos y qué perdemos, o simplemente nos lanzamos?

Pero es que a los jóvenes nos han mentido. Nos han dicho que cuántos más lugares visitemos, cuántas más carreras tengamos, cuántas más empresas pisemos, y al fin y al cabo, cuántas más experiencias vivamos, más completos nos sentiremos. Pero siento decir, que en esta vida no se puede ser todo y hacerlo todo. Aunque hay millones de bifurcaciones, al final solo recorremos un camino. Y el peligro que podemos correr, es que al querer vivirlo todo, al final, no vivamos nada profundamente.

Vivimos en un momento de la historia donde lo rápido, lo efímero arrasa con todo. El compromiso no es para siempre y el yo debe estar en el centro. Por eso el cambio ha encontrado su hueco. Nos dicen que vivamos todo a fondo, no nos dejemos nada en el tintero que luego nos arrepentiremos, si no es ahora, ¿cuándo? Y, sin embargo, por otro lado, nos hacen buscar la seguridad: haz esta carrera que tiene muchas salidas, trabaja en esta empresa que tiene un gran prestigio, júntate con esta gente que tiene muchos contactos… Contradicción. Pero es que así somos nosotros: llenos de contradicciones, pero a la vez de sueños por cumplir.

Aquí es donde debe entrar tu YO más profundo y preguntarse, ¿esto es lo que yo quiero o lo que la sociedad ha hecho que quiera? El cambio no es malo en sí mismo. Muchas veces los cambios son necesarios, y gracias a ellos avanzamos. Pero cuidado con cambiar porque el grupo lo imponga o hacer un cambio sin sentido por el mero hecho de cambiar.

Para encontrar una respuesta tenemos que dejarnos sorprender, estar abiertos a la vida, a disfrutar de los momentos buenos y no tan buenos. Saber que en la vida vamos a fracasar, pero que ese fracaso no debe paralizarnos. Que de un día para otro cambiaremos, y que no es malo tener mañana una opinión distinta a la de hoy, si ha cambiado por lo que hemos aprendido por el camino. Porque únicamente tomando nuestras propias decisiones viviremos la experiencia de sentirnos libres.

Busquemos la armonía entre lo que creemos y lo que queremos ser. Paremos un momento este ritmo frenético de la vida y seamos conscientes de lo que tenemos para poder disfrutarlo y vivirlo profundamente.

“No el mucho saber harta y satisface al ánima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente” San Ignacio de Loyola.

Carla Ortiz es una de las finalistas de la V edición de Factoría de Talento Adecco. Ha estudiado el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales y actualmente cursa el Máster Habilitante de Industriales. Le atrae el mundo de la cooperación y el poder dejar este mundo un poco mejor de lo que lo encontró. Por ello, le encanta viajar y conocer nuevas realidades, ya que cree que en la diversidad está la riqueza.