Whiplash y la búsqueda de la excelencia
Las palabras más perjudiciales para la excelencia artística son…¡buen trabajo!.
He aquí señoras y señores que con esta aparentemente inofensiva frase tenemos servida la polémica.
Es el argumento aplastante con el que se dirige Terence Fletcher, un prestigioso profesor de música de un elitista conservatorio, a uno de sus brillantes alumnos, Andrew Neiman, cuando trata de conseguir lo mejor de él con todo tipo de métodos cuestionables.
En torno a esta turbulenta sentencia gira la trama de una espectacular película, Whiplash, que lleva a sus principales actores al extremo de sus habilidades y que enfrenta a un profesor extremadamente exigente con un joven apasionado de la batería que vive por y para perfeccionar su talento, llevando esta necesidad a la categoría de obsesión.
Se trata de una película escalofriante que bambolea al espectador al ritmo del jazz en torno al cual gira la banda sonora de todo el film y que lanza una serie de cuestiones que no queremos pasar por alto y que tienen relación con lo que es el descubrimiento del talento, su desarrollo y lo que estamos dispuestos a hacer por conseguir los objetivos más exigentes.
¿Debemos renunciar a todo para alcanzar la excelencia? Primera cuestión
¿Sobrepasar límites puede hacer que un docente o maestro saque lo mejor de su alumno?
¿Puede la pasión por algo, “pisarlo” todo y a todos?
Cuando descubrimos nuestro talento, ¿deberíamos tratar de alcanzar la perfección o simplemente disfrutar de su ejercicio?
Con éstas y algunas cuestiones más que podríamos plasmar en este post, os animamos a buscar vuestras respuestas tras el visionado de la peli. Merece la pena