Las empresas necesitan creatividad orientada a la mejora continua
¿Puede alguien que no se considera creativo, ser creativo? Es algo complicado… Cuando una persona no se considera creativa, no actúa como si lo fuera. Ella misma se está poniendo las barreras. Este fue el punto de arranque del seminario sobre Creatividad e Innovación, celebrado el 11 de marzo, como siempre, en Icade Business School para los participantes de Factoría de Talento.
Naturalmente, no sólo se requiere autoconfianza para poder desarrollar la creatividad… Se necesitan ciertas condiciones del entorno, que la refuerzan o inhiben… ¿Has escuchado alguna vez la frase «No te pago para que pienses, sino para que hagas?»… ¿Te han dicho alguna vez cuando has contado tus ideas que eran tonterías, que qué habías fumado? El síndrome de Herodes consiste en matar a las ideas cuando aún son niñas, no dejándolas crecer e impidiéndolas convertirse en algo potencialmente innovador. Si las ideas no son escuchadas o son mal utilizadas, las personas cada vez estarán menos dispuestas a compartirlas.
En la creatividad, como en tantas cosas, el hambre agudiza el ingenio: la presión, la necesidad, es un buen aliciente para la creatividad, y no así un entorno conformista y en el que existe sobreabundancia de recursos.
En todo caso, las empresas están necesitadas de una creatividad «pragmática», un poco alejada del tópico de la manzana que me cae en la idea y hace que descubra una teoría genial… Las empresas necesitan una creatividad orientada a la resolución de problemas del día a día y a la mejora continua… Y si encima se nos enciende una «bombilla» y redescubrimos la rueda, mejor que mejor…